Este modelo se basa en el principio de la jerarquía y en el
mantenimiento de la unidad de mando. Con ello se refuerza el principio de
autoridad y la estructura se orienta burocráticamente hacia el proceso o al
desarrollo piramidal (organización alta) de la misma, para el caso de empresas
de cierto tamaño. Es una forma aconsejable para empresas pequeñas y medianas
con explotaciones simples o con un sistema técnico poco sofisticado
técnicamente, dada su eficacia en la supervisión de las tareas y el control de
los resultados, aparte de ser una estructura de bajo coste de funcionamiento.
En la figura 9, se recoge un ejemplo de este tipo de estructura u organigrama.
Los mayores inconvenientes radican en la excesiva
concentración de autoridad, en la tendencia a la rigidez y en una cierta falta
de respuesta técnica en entornos dinámicos y competitivos.
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